¿Sabes cómo usar el hielo en la cama?

¿Sabes cómo usar el hielo en la cama?

Con la llegada del verano y las altas temperaturas no se nos ocurre nada mejor que juguetear con un par de cubitos de hielo en la cama. Diversión, placer y una tarde un poquito más fresquita. ¡No se puede pedir más!

Ahora bien, ¿quieres saber cómo intensificar el placer con algo tan sencillo como un hielo? En este post hemos recopilado algunas ideas para que ambos disfrutéis al máximo de vuestra sexualidad en estos días calurosos de verano.

La importancia de los preliminares

Prestar atención a los pasos previos antes de pasar a la acción es fundamental, es la mejor manera de calentar el ambiente y potenciar la excitación. En el caso de los juegos de hielo, lo que haremos es preparar una cubitera con un buen puñado de cubitos de hielo. También puedes preparar unas copas de hielo y dejarlas en la nevera hasta el último momento.

Mientras tanto puedes ir desnudando a tu pareja poco a poco, al mismo tiempo que la acaricias con suavidad, casi rozando, aquellos rincones que sabes que más le gusta. Una buena idea es interesarse por lo que le gusta y dónde quiere que se lo hagas. Y es que la comunicación es responsable de gran parte del éxito de cualquier relación sexual.

Entran en acción los cubitos de hielo

Con la cubitera cerca de ti, coge un cubito y métetelo en la boca. Disfruta de la reacción de tu pareja mientras la besas con el hielo asomando por tus labios. Escalofríos y gemidos se apoderan de tu amante. Pasa el hielo por las zonas erógenas de tu pareja, los pezones, el pecho, la nuca, detrás de las orejas, el ombligo… el contraste de temperatura le volverá loca.

Para intensificar el placer, te sugerimos que tu pareja se ponga una venda en los ojos o un antifaz. De esta manera, las sensaciones se concentrarán solo en el sentido del tacto, lo que multiplicará el placer como nunca habíais imaginado.

Colócate el hielo en la boca y acaricia con ella senos y sexo, pero no introduzcas el hielo en la vagina ni lo pases por el glande, ya que puedes ocasionar quemaduras.

No tengas prisa con el hielo

¿Quieres más ideas? Deja que el cubito resbale a lo largo de la columna vertebral, desde la nuca hasta las nalgas. Vé despacito. Ahora, sube de nuevo dirección a la cabeza y vuelve a bajar poco a poco. También puedes jugar con el hielo en su espalda, haciendo “dibujitos”. Como en todas las prácticas sexuales, la imaginación es lo más importante a la hora de decidir qué hacer. Todo vale, mientras sea una práctica consensuada.

Continuamos… Con el hielo en la mano o con la boca, lo que te resulte más cómodo o más sensual, puedes pasarlo por la parte de atrás de una pierna hasta llegar a la planta del pie. Una vez allí, entretente con cada uno de los dedos.

Hay mucha gente que se vuelve loca con los pies. De hecho, es uno de los fetiches sexuales más comunes.

Por último, solo recordarte que, si se te acaba el hielo, no dudes en reponerlo y coger otro y otro, y los que hagan falta. Sobre todo, si tu pareja te lo pide…

Ahora toca el postre, ¿de qué sabor te gusta el helado?

Además del hielo, ¿Qué otras cosas frías podemos incluir en nuestras relaciones sexuales? La respuesta es sencilla, ¿no? Los helados. La idea es combinar el placer que proporciona el contraste de temperatura del helado y el cuerpo de tu pareja, con el placer de saborear el helado sobre su piel. Sin duda, una mezcla explosiva, al mismo tiempo que perfecta si la practicamos estos días de verano.

Ahí van algunas ideas para disfrutar de unas relaciones sexuales súper excitantes con un helado de fresa, nata, chocolate, o lo que más te guste, como protagonista.

Lo ideal es que tengas tu tarrina de helado fuera del congelador unos minutos antes para que esté ligeramente derretido. No es necesario que lo esté mucho, pero sí un poquito, para que sea más fácil de extender por el cuerpo de tu pareja.

Con una cucharilla coge una pequeña cantidad y déjala en uno de tus rincones favoritos de su cuerpo, como, por ejemplo, el ombligo o los pezones. Ahora, ya te puedes imaginar lo que toca, lame el helado que has dejado sobre su piel. Hazlo lentamente. No se trata de que simplemente te lo comas, si no de que le des una especie de masaje con la lengua alrededor de los pezones o el ombligo al mismo tiempo que disfrutas del placer de degustar un helado.

Por último, solo un consejo, escoge mejor helados cremosos. Mejor descartar los helados con licores o ácidos, sobre todo, si van a acabar en los genitales.

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